Un impregnante para madera, también llamado lasur, es un tipo de recubrimiento protector para la madera de acabado transparente o semitransparente. A diferencia de la pintura o el barniz, el impregnante penetra en las fibras de la madera sin formar una capa gruesa en la superficie.
El uso de impregnante es específico para maderas en exteriores, como pérgolas, vallas, puertas y muebles de jardín, aunque también puede emplearse en interiores.
Diferencia entre impregnante para madera y barniz
- A diferencia del barniz, el impregnante para madera no forma una película, sino que la capa aplicada es porosa o «a poro abierto». Esto permite respirar a la madera y liberar la humedad natural del interior.
- Tampoco se descascara ni se agrieta con el tiempo como podría ocurrir con otros acabados, haciendo posible aplicar directamente sobre manos anteriores sin necesidad de lijar en profundidad.
- Además al ser menos espeso, y por poseer menos partículas sólidas, penetra en las fibras protegiendo la madera en profundidad. Generalmente los impregnantes, o lasures, contienen aditivos que aumentan su resistencia a los rayos UV, también fungicidas e insecticidas útiles contra hongos y termitas.
Por otra parte, y de la misma forma que el barniz, destaca las vetas de la madera haciendo resaltar su belleza. También puede contener colorantes para totalizar maderas claras.
¿Cómo se aplica el lasur o impregnante?
El impregnante debe aplicarse en maderas SIN manos previas de barniz o cualquier otro tipo de pintura. Solo se utiliza impregnante sobre el mismo material.
- Estado de la superficie: La superficie debe estar limpia, seca, libre de polvo, grasa, humedad u hongos. En tal caso se lija suavemente en sentido de las vetas, y una vez limpia se procede a la aplicación.
- Para la primera mano el material debe estar diluido hasta en un 50% de aguarrás, y puede aplicarse con pincel, rodillo de espuma o pistola neumática.
- Las posteriores manos de lasur se aplican sin adición de solvente, es decir con la consistencia original. Serán necesarias dos o tres manos más, dependiendo de la absorción de la madera tratada.
Si la mano anterior es el mismo o idéntico material, solo basta con una suave lijada y limpieza como tratamiento previo. Se acostumbra renovar la protección de la madera cada dos años, y una vez al año en zonas expuestas directamente al sol y al agua, antes de que se deterioren.
En maderas que contengan manos previas de barniz u otro tipo de pintura es necesario quitar completamente el material antiguo con un decapante químico, y posteriormente lavar y lijar. Solo una vez seca es posible aplicar el impregnante de maderas.