Luis, un lector del blog me comentaba que deseaba pintar su dormitorio de color violeta, y su consulta principal era cómo se puede combinar. Y esto es lo que trataré de desarrollar en esta nota, mencionando las distintas posibles combinaciones del violeta cuando se pintar una habitación, aunque es más común utilizarlo para destacar una pared o solo en complementos decorativos.
El color violeta generalmente va acompañado de una tonalidad neutra para que luzca elegante y no agobie. Generalmente se combina con blanco o blanco roto, lo habitual para generar un espacio luminoso.
Con beige, arena, crema… el contraste ya es menos marcado, el ambiente luce más delicado y cálido. De igual modo se puede seguir acompañando con detalles en blanco.
Una combinación más sobria puede darse con marrón, por ejemplo: café, chocolate y tonos tierras. Probablemente el ambiente se torne demasiado oscuro si no tiene buena iluminación.
Con gris resulta una combinación más elegante y moderna. Si el gris es un tono claro luce muy parecido al blanco, si la tonalidad es más oscura puede disminuir la iluminación de manera drástica.
Utilizar distintos variantes de un mismo color es hacer uso de un esquema monocromático. Es siempre una forma segura de combinar colores. En este caso dos colores de violeta, tal vez como el lavanda o el malva.
El amarillo es el complementario del violeta. Puede hacer un alto contraste pero es preciso utilizarlo con mucha moderación. En un ambiente, en especial el dormitorio, debe incluirse en pequeñas proporciones. Usa color mostaza, amarillo, limón, verde amarillento, pistacho.
Otras tonalidades para incluir en detalles son los análogos al violeta, es decir azules (celeste, turquesa, teal) y rojos (vino, rosa, borgoña, fucsia).